Wayra: “Una idea buena en manos de un mal equipo no funciona”
Alexander Gómez, director ejecutivo de Wayra Perú, habla sobre los nuevos retos de la aceleradora de negocios de Telefónica
En un nuevo escenario, en el que los emprendimientos tecnológicos
tienen más alternativas de capacitarse y conseguir inversiones,
Alexander Gómez cuenta hacia dónde van los objetivos de Wayra Perú.
- ¿Qué lecciones han aprendido desde que comenzaron en el Perú en el 2012?
Al principio, elegíamos muchas ideas en el papel, con modelos de negocio que no estaban probados o equipos que no estaban totalmente formados. Si bien eran proyectos de riesgo, aprendimos que hay riesgos que uno puede minimizar.
Estamos tratando ahora con equipos balanceados, donde haya gente con perfil de negocios y de desarrollo tecnológico, y que ya tengan tiempo dedicados a su idea.
- ¿Tiene que estar probada en el mercado?
Por lo menos que esté casi lista para salir. Así nos sentimos cómodos. Había gente que postulaba a Wayra Perú y recién si quedaban seleccionados emprendían. Y ese no es el perfil que buscamos. Los equipos no van a trabajar para Wayra. Solo somos un potenciador, lo que importa es que uno asuma que este es su proyecto de vida.
- ¿Antes se seleccionaba a 10 start-ups por cada convocatoria y ahora a tres? ¿Ha cambiado el perfil de los seleccionados?
No necesitamos llenar Wayra Perú, sino tener proyectos realmente innovadores. Este año vamos a poner el foco en los que puedan relacionarse directamente con las telecomunicaciones y con Telefónica. En mayo lanzaremos una convocatoria.
- ¿Ha variado el trabajo de Wayra Perú con las start-ups?
Ahora identificamos las necesidades de cada start-up de forma personalizada. Por ejemplo, si necesitan asesores en márketing digital o en ventas. Esto ha sido una evolución porque al inicio contratábamos a una escuela de negocio y hacíamos una especie de “mini MBA” para todos. Tratamos también de que los equipos cumplan retos cada mes que están aquí, que puede ir de cuatro meses a un año.
- ¿Qué pasos siguen los proyectos luego de que salen de Wayra Perú?
Los que siguen por buen camino requieren más capital. Por eso promovemos espacios para mostrarlos a inversionistas. Wayra Perú aporta US$50 mil como capital semilla a cada proyecto. Si ingresa otro socio, se valora la compañía, y de acuerdo con eso, sale el porcentaje de nuestra participación en la start-up, que generalmente está entre 7% y 10%. Mientras seamos accionistas, ayudamos. Hemos estado asociados a 20 empresas, pero de algunas que no lograron validar su modelo de negocio nos estamos desvinculando.
- ¿De verdad se está consolidando el ecosistema innovador peruano?
Están llegando más fondos porque el país es atractivo para la inversión. El Estado financia proyectos e incubadoras, pero también hace falta crear más espacios de reunión, de ‘coworking’, para compartir ideas. Para nosotros, un equipo bueno puede mejorar una idea, pero una idea buena en manos de un equipo malo nunca funciona. Una start-up no debe tener un concepto muy local. Tiene que ser un negocio ambicioso para salir al exterior, si no todo el esfuerzo será en vano.
Al principio, elegíamos muchas ideas en el papel, con modelos de negocio que no estaban probados o equipos que no estaban totalmente formados. Si bien eran proyectos de riesgo, aprendimos que hay riesgos que uno puede minimizar.
Estamos tratando ahora con equipos balanceados, donde haya gente con perfil de negocios y de desarrollo tecnológico, y que ya tengan tiempo dedicados a su idea.
- ¿Tiene que estar probada en el mercado?
Por lo menos que esté casi lista para salir. Así nos sentimos cómodos. Había gente que postulaba a Wayra Perú y recién si quedaban seleccionados emprendían. Y ese no es el perfil que buscamos. Los equipos no van a trabajar para Wayra. Solo somos un potenciador, lo que importa es que uno asuma que este es su proyecto de vida.
- ¿Antes se seleccionaba a 10 start-ups por cada convocatoria y ahora a tres? ¿Ha cambiado el perfil de los seleccionados?
No necesitamos llenar Wayra Perú, sino tener proyectos realmente innovadores. Este año vamos a poner el foco en los que puedan relacionarse directamente con las telecomunicaciones y con Telefónica. En mayo lanzaremos una convocatoria.
- ¿Ha variado el trabajo de Wayra Perú con las start-ups?
Ahora identificamos las necesidades de cada start-up de forma personalizada. Por ejemplo, si necesitan asesores en márketing digital o en ventas. Esto ha sido una evolución porque al inicio contratábamos a una escuela de negocio y hacíamos una especie de “mini MBA” para todos. Tratamos también de que los equipos cumplan retos cada mes que están aquí, que puede ir de cuatro meses a un año.
- ¿Qué pasos siguen los proyectos luego de que salen de Wayra Perú?
Los que siguen por buen camino requieren más capital. Por eso promovemos espacios para mostrarlos a inversionistas. Wayra Perú aporta US$50 mil como capital semilla a cada proyecto. Si ingresa otro socio, se valora la compañía, y de acuerdo con eso, sale el porcentaje de nuestra participación en la start-up, que generalmente está entre 7% y 10%. Mientras seamos accionistas, ayudamos. Hemos estado asociados a 20 empresas, pero de algunas que no lograron validar su modelo de negocio nos estamos desvinculando.
- ¿De verdad se está consolidando el ecosistema innovador peruano?
Están llegando más fondos porque el país es atractivo para la inversión. El Estado financia proyectos e incubadoras, pero también hace falta crear más espacios de reunión, de ‘coworking’, para compartir ideas. Para nosotros, un equipo bueno puede mejorar una idea, pero una idea buena en manos de un equipo malo nunca funciona. Una start-up no debe tener un concepto muy local. Tiene que ser un negocio ambicioso para salir al exterior, si no todo el esfuerzo será en vano.
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